Enfrentados en la pequeña mesa
se miran largamente
intentando descifrar lo que el tiempo no borró.
Papá y el abuelo saben
que cada palabra es una guerra.
Juegan. Mueren de a poco,
callados.
En el borde del tablero,
confío que alguno me prefiera
y oculte un alfil en mi mano.
Que alguno olvide,
para que sus batallas no sean la mía.
Daniel Mariani
La rueda de la fortuna: Puñales en la espalda
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*Sábado, 20 de septiembre*TOMO NOTA
Mientras miro caer la lluvia, en la melancolía del anochecer, pienso que
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Hace 6 días
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