Maldije a la lluvia que, azotando mi techo, no me dejaba dormir.
Maldije al viento que me robaba las flores de mis jardines.
Pero tú llegaste y alabé a la lluvia. La alabé cuando te quitaste la túnica empapada.
Pero tú llegaste y alabé al viento, lo alabé porque apagó la lámpara.
Huan Chien Chu
Al servicio de quien me quiera: El arte de envejecer
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*Sábado, 14 de junio*HABLO DE POLÍTICA
Nunca llueve a gusto de todos. Antes me reprochaban que no hablaba más que
de política; ahora, con la que est...
Hace 5 horas
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