“Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.
(Salvador Allende)
Yo digo que los compañeros muertos
no se han ido.
Están aquí, al evocarlos.
Digo que sus sonidos ausentes, sus voces,
las convicciones de esos soñadores,
se escuchan todavía.
Que ni los años, ni el olvido
los han borrado.
Digo que quedaron sus huesos sepultados
pero que nadie los ha podido enterrar.
Sus espíritus, su lucha, está viva,
En las lágrimas de una madre o de una abuela
reside la fuerza inescrutable del dolor alzando una bandera,
que los hace estar vivos todavía.
Y son las bocas abiertas, crepitantes,
con las gargantas ardientes que piden justicia,
y no se pueden silenciar.
Y son los ojos que estallan en lluvia
cuando se nombra al desaparecido,
al que han fusilado.
Y las manos, las manos que se alzan y se abren
sosteniendo la libertad en blanco y negro,
empuñando una pancarta, con esas manos,
plagadas de historias, las de los dedos abiertos apuntando arriba, como fusiles.
Allí quedaron ellos, y nosotros aquí,
quebrados,
ante tanto coraje.
Gabriela Bayarri
Después de ver “La memoria obstinada” sobre caída de Salvador Allende.
Al servicio de quien me quiera: Lo vivido y lo soñado
-
*Sábado, 18 de enero*CONTRA LA LIBERTAD
La libertad es el bien más valioso cuando no se tiene. Cuando se tiene, nos
damos cuenta de que está sobreva...
Hace 6 días
2 comentarios:
Gaby M e gustos mucho este poema, Esta muy Bueno Exitos.
Gracias José, siempre es bueno recibir tu lectura.
Publicar un comentario