El pasado 13 de octubre, el poeta cordobés Rodolfo Godino fue distinguido por la Academia Argentina de Letras, que lo nombró miembro de número de la reconocida institución creada en 1931.
Godino, nacido en 1936 en la ciudad de San Francisco, dueño de una pluma excelsa, ha escrito numerosos poemarios desde 1961, fecha en que apareció su primer libro El visitante. Luego vinieron otros tales como Una posibilidad, un reino (1964); La mirada presente (1972); Homenajes (1976); Gran cerco de sombras (1982); Curso (Antología 1961-1982), A la memoria imparcial (1995), Centón (1997) y Elegías Breves (1999 )y Beber en lo oscuro (2008).
Su obra ha sido valorada por escritores como Carlos Mastronardi, Alberto Girri, Raúl Gustavo Aguirre y Revol.
Por su labor, ha obtenido numerosas distinciones, entre las que se cuentan el Premio Nacional de Poesía Iniciación (1960), Premio Fondo Nacional de las Artes (1964), Gran Premio Bienal de Poesía (1982), y el Premio de Poesía “La Nación” (1994), otorgado por un jurado compuesto entre otros por Roberto Juarroz, y Octavio Paz. En 2008 la Secretaría de Cultura de la Provincia de Córdoba le otorgó el Premio Consagración Letras de Córdoba.
Poemas de Rodolfo Godino
A una gata que se fue
Casi olvido tu nombre, irascible
reencarnación vigilante de mis secas
cohabitaciones con papeles ambiguos:
no busqué desanimar tu afecto,
sólo di más tiempo a las palabras
acaso porque envejecía sin experiencia:
te quise con fieles envolturas,
no merecí
que aquella tarde derramaras
tus celos sobre la mesa
de las inducciones celestes
(tal vez
crítica o sexual discurso
sobre discriminaciones y desapegos):
tu percepción bestial te diría
que todo lo femenino debió ser amparado,
cubierto, servido por mí.
Dictado por la mañana
Todo el proceso, incluido el resplandor
siguiendo a la mano adiestrada
-la mente se excluye y trata de apartar
a la razón, de limpiar el camino-,
duró hoy quince minutos.
Ahora cubriré lo aparecido
y esperaré sin instrucciones
el trabar de los huesos,
que hilos carnales los envuelvan.
A veces nace sin ojos, sin pies:
quizás escuché mal o era
demasiado pronto,
demasiado temprano.
Rodolfo Godino
Cómo me libré del infierno
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*Sábado, 11 de enero*QUE SIGA EL RECREO
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